martes, 24 de enero de 2017

TRATAMIENTO DEL ERROR



EL TRATAMIENTO DEL ERROR EN CLASE DE ELE ¿CÓMO DEBEMOS ACTUAR?





Desde que empecé mi labor como profesora de Inglés, uno de los temas que más me ha inquietado siempre, ha sido el tratamiento del error en clase y cómo actuar cuando aparece. Por eso uno de los objetivos que me he planteado con esta entrada es hacer una reflexión sobre el papel que debe tener el profesor ante los errores que cometen los alumnos en clase  y ver qué podemos hacer para integrar el tratamiento del error en el aula y que no sea visto como algo negativo por parte de los alumnos.

En el Diccionario de términos clave de Ele encontramos la siguiente definición de error:
“Con este término se hace referencia a aquellos rasgos de la producción oral o escrita de los aprendientes que se desvían de los que son propios de la lengua meta.”

El error siempre es una transgresión, desviación o uso incorrecto de una norma que en el caso que nos ocupa puede ser lingüística pero también cultural y pragmática, y de una gran variedad de tipos más”. (Blanco, 2002:15).

Son muchas las preguntas con las que nos encontramos los profesores a la hora de abordar la enseñanza de una lengua extranjera y entre ellas destaca sobre todo cómo corregir los errores de la manera más eficaz y apropiada. También se nos presenta la preocupación  sobre cómo mostrar el error como un recurso útil que facilita el aprendizaje de los alumnos cuando están aprendiendo una nueva lengua. Es por tanto una tarea importante para nosotros como futuros docentes, mostrar el error como algo fundamental del proceso de enseñanza y aprendizaje.

Ejerciendo como profesora particular durante años me he dado cuenta de que el proceso de adquisición de una lengua extranjera es un proceso que no es fácil para los alumnos y a lo largo de todo este proceso se van encontrando con muchos obstáculos para la consecución de sus objetivos. Es aquí donde el profesor juega un papel muy importante para que los alumnos no se vean frenados en su proceso de aprendizaje. Debemos ser los encargados de ayudarles a superar todos los inconvenientes que vayan surgiendo. Seremos sus guías, e intentaremos evitar que cometan los mismos errores a lo largo del proceso de aprendizaje.

Hay muchas inquietudes que surgen diariamente en la labor docente y entre ellas está el error y las numerosas preguntas  alrededor del  mismo:


    • ¿Qué estoy haciendo mal para que se repitan siempre los mismos errores? 

    • ¿Estoy corrigiendo bien? 

    • ¿Qué tengo que corregir? ¿Cuándo?

    • ¿Cómo se sienten los alumnos ante mis correcciones? 

    • ¿Qué tengo que hacer para que no repitan los mismos errores?  
     
      
Estas y otras muchas preguntas nos asaltan diariamente y muchas veces no sabemos cómo ni cuándo actuar ante los errores que cometen nuestros alumnos.


Considero que desde un primer momento es muy importante que les hagamos ver a los alumnos que cometer un error entra dentro del proceso de aprendizaje de una lengua y que no ocurre nada si se cometen errores. Por eso es muy importante que desde la primera clase hablemos con nuestros alumnos del error e intentemos que lo vean como algo propio del proceso de enseñanza y aprendizaje. Por lo tanto, tenemos que conseguir que nuestros alumnos pierdan el miedo a equivocarse y a cometer errores en clase. Hay que conseguir, aunque a veces sea una tarea difícil, que vean el error como algo positivo y que les va a servir para aprender.









En mi opinión sería muy útil, elaborar unos cuestionarios que podríamos pasar a nuestros alumnos a principio de cada curso para conocer realmente la opinión que tienen sobre los errores y lo que esperan de nosotros como profesores ante los errores que cometen y de esta manera podríamos organizar y planificar nuestro trabajo ante la aparición de los errores y marcarnos las pautas a seguir.

Una segunda idea que se me ocurre que podríamos llevar a cabo al comienzo del curso sería la siguiente: 


Podríamos hablar con el alumnado sobre la corrección de errores y les podemos pedir que opinen sobre cómo les gustaría que se les corrigiese en clase. Esta actividad la he llevado a la práctica en clase y me ha dado muy buenos resultados porque con ella puedo hacer una valoración de lo que esperan los alumnos sobre la corrección de errores en clase. El cuestionario que yo utilizaría sería algo como esto:


  1.     ¿Te gusta que te corrijan en clase?
      - Si
      - no

      2.     ¿Cómo y cuándo quieres que te corrijan?

-          Al momento de cometer el error.
-          Al final del ejercicio.
-          Una puesta en común para corregir los errores entre todos
-          Que marque solo los errores cometidos.
-          Que apunte la solución correcta.
-          Que me den una explicación del error que he cometido

3.    ¿Qué haces con los errores que te corrige el profesor/a?

                – Nada.
                – Los leo.
                – Apunto las faltas en una lista.

       4.     ¿Crees que aprendes cuando te corrigen?

-         Si
-         No
     
       5.      ¿Qué prefieres que te corrijan? 

       - Gramática
       - Pronunciación.
       - Otros.




Técnicas de corrección directas que podemos usar son:

•La comunicación no verbal: un gesto facial, un movimiento de la mano/cabeza, un ruido, un carraspeo, etc.

Llamar la atención sobre el error utilizando expresiones como cuidado, atención.

Llamar la atención sobre el error mediante interjecciones: ¿eh?


Técnicas de corrección indirectas

1.   Subrayar los errores. (evitar el color rojo. En mi caso utilizo una amplia gama de colores incluso con purpurinas que ofrezco al alumno para que escoja en que color le gustaría ser corregido)




2.   Rodear con un círculo la palabra inadecuada.




3.   Poner una flecha por cada palabra que falte.





4.   Añadir un signo de interrogación a lado de la frase o estructura confusa.




5.   Subrayar una palabra incorrecta y dar alguna orientación.









6.   Poner entre paréntesis o corchetes una palabra o una frase fuera de lugar e indicar el lugar apropiado.






Otros métodos no tan exitosos son:

1-   Repetición o enfatización del error. Repetimos el error para que el alumno sea consciente de que ha cometido un error. Ejemplo: My father work hard. My father work?

2-   Peticiones de aclaración. Ejemplo: I bought a shoes. How many shoes did you buy?

3-   Reformulación . Ejemplo: I go to school by foot. I go to school ON foot.

Tenemos que tener en cuenta que con estos métodos interrumpiríamos la clase, por tanto considero que no son las más adecuadas.

Otras Técnicas Personales

Al final de la clase o de la actividad escribo en la pizarra algunos enunciados erróneos que he escuchado y apuntado y pido a los alumnos que encuentren los errores y los corrijan. Entre todos decidimos si hemos llegado a la corrección adecuada.




Es una de las que más me gustan y utilizo pues fomenta la cooperación y mantiene oculto el alumno que ha cometido el error para no desmotivarlo, o que fuera puesto en evidencia delante de la clase.



REFLEXIONES FINALES


Con relación a mis formas de corrección  preferidas  destaco aquellas en las que se  llama la atención sobre un error pero se les ofrece a los alumnos la oportunidad de encontrar la forma correcta. De hecho es más productivo darse cuenta por uno mismo de dónde se ha cometido el error.
Estos errores suelen  fijarse mejor  en la memoria y con mayor intensidad que aquellos que son descubiertos por otra persona.
Considero la interrupción como algo negativo. Esta implica un corte en el desarrollo del tema a tratar, pudiendo llevar a que el alumno pierda la concentración.
Por otro lado no son eficaces aquellas técnicas en las que directamente se da la solución al error. Solamente puede resultar de utilidad en algunos casos como por ejemplo cuando el alumno no consigue encontrar la forma correcta porque la desconoce, si él mismo la solicita o si el docente está seguro de que nadie en la clase puede resolver el problema.

Una de las prácticas que utilizo en mis correcciones es la utilización de un código de corrección. Mis alumnos están acostumbrados a que sus profesores lo hagan en el aula para detectar el tipo de error que han cometido en su trabajo. Para ello, subrayo cada error y escribo un símbolo al lado mostrando el tipo de error. Este tipo de corrección necesita una previa información al alumno presentando la lista de códigos y su significado. Otro punto importante es el nivel del grupo pues se debe ajustar los códigos de corrección a los diferentes niveles. Por ejemplo; para alumnos de bachillerato o de EOI, el profesor puede indicar que hay un error en una frase pero no decir dónde o qué tipo de error es.
Los códigos más simples y típicos son:

  1.   SP (spelling)
  2. WO (word order)
  3. WW (wrong word)
  4. T(tense)
  5. P(punctuation)
  6.   NP(new paragraph)
  7. R (repetition)
  8.   ^( Word or Letter missing)
  9.  G (grammar mistake)


P  
    Para terminar me gustaría señalar que todo docente debería conocer y aplicar las técnicas de corrección más adecuadas. En mi caso puedo garantizar que durante mi formación ningún docente utilizó conmigo ninguna de las técnicas de corrección nombradas con anterioridad. Lo típico era que los alumnos se encontrasen con sus libretas o exámenes llenos de correcciones y tachones de color rojo. Cuando el alumno recibía su examen o trabajo en esas condiciones creía que no había hecho nada bien y se desmotivaba. Eso es lo que debemos evitar; la corrección de los errores no puede llevar a la desmotivación sino que tiene que ser asumida como parte del aprendizaje.















2 comentarios:

  1. Desde la perspectiva de una alumna, porque aun no he ejercido como profesora, puedo confirmar lo que dices. En la escuela sabes con qué profesor puedes equivocarte y no pasa nada y con que profesor si no sabes bien la respuesta es mejor estar callado. Por desgracia si los profesores se obsesionan con que lo hagamos todo perfectamente, lo que consiguen es que cada día los alumnos participen menos en clase.

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  2. Pues es eso lo que tenemos que intentar cambiar. Tratar de motivar a los alumnos para que participen sin miedo.

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